En el cuestionario de nutrición he sacado 18 puntos. Debo admitir que últimamente me preocupaba mi alimentación y este resultado me ha subido el ánimo (por muy anticuado o ambiguo que sea dicho cuestionario).
Siempre me he considerado una persona comilona, desde pequeña, y muy lenta a la hora de comer. El problema es que con los años la lentitud ha evolucionado y ahora soy comilona y ansiosa. Y claro, una deja de crecer a lo alto y tiende a crecer a lo ancho... y es cuando aparecen las preocupaciones. Preocupaciones que se combinan con la vida ajetreada que llevamos, que como resultado final conducen a mayor ansiedad. Un círculo vicioso. Muchas veces, en lugar de comer para seguir activos deberíamos pararnos y descansar, ya que muchos de los alimentos que consumimos hoy en día están diseñados para darnos energía a corto plazo (bebidas energéticas, bollería industrial, café, etc.) cuando metabólicamente al cuerpo humano le cuesta liberarse de esos tóxicos y los va almacenando.